Un empleado de hotel decide salir a tomar un descanso, pero no se dio cuenta de que había un oso al acecho

Nicole contestó al tercer timbrazo, medio distraída. Mike se burló de ella diciéndole que estaba desafiando la noche solo. Ella se rió y le recordó que no se demorara demasiado, ya que tenía que volver a su turno. Él dejó escapar un suspiro, asintiendo con la cabeza mientras bajaba la mirada hacia sus zapatos y fue entonces cuando algo se movió en el borde de su visión.

Sus ojos se desviaron hacia la línea de árboles. Una forma oscura emergió de entre la maleza, enorme e inconfundible. Se le cortó la respiración. Se quedó inmóvil, con el teléfono pegado a la oreja. A escasos quince metros de él había un oso que se acercaba silenciosamente.