Un empleado de hotel decide salir a tomar un descanso, pero no se dio cuenta de que había un oso al acecho

La adrenalina volvió a invadir a Mike, reorientándolo hacia la crisis inmediata. Aquel hombre necesitaba ayuda, o eso creía. Cogió la cuerda que tenía a los pies y decidió terminar lo que había empezado.

Deslizó la cuerda hacia el pozo, llamando suavemente al hombre herido. Nicole sostenía la cuerda desde atrás, con la mirada fija en el oso cada pocos segundos. Pero ahora, el animal se mantenía en guardia, olfateando de vez en cuando el aire como si estuviera atento a los depredadores o a cualquier amenaza que pudiera interrumpir este rescate.