La llamó por su nombre, primero en voz baja y luego más fuerte. «¡Nicole! Ven aquí» Se alejó de la fosa, pero cada movimiento le parecía arriesgado. El oso se tensó, moviendo su poderoso cuerpo como si estuviera listo para defenderse… o para otra cosa.
Por un momento, Mike se preguntó si estaba equivocado sobre las intenciones de la criatura. Tal vez conducirlo hasta aquí había sido una coincidencia, una casualidad de la curiosidad. Se le aceleró el pulso al mirar entre las sombras y la enorme figura que tenía a su lado.