Una mujer sigue a un lobo hasta el mar tras acercarse a ella en la playa: lo que encontró le rompió el corazón

La gota que colmó el vaso llegó durante la presentación de una gran cuenta. Mark se presentó sin avisar, furioso por un mensaje de texto que creía que ella había ignorado. La escena que montó en el pasillo llegó a oídos del cliente, que se marchó.

El jefe de Noemi no tuvo más remedio: la empresa no podía arriesgarse a otra crisis. La despidieron esa misma tarde, con un sobre de indemnización y un incómodo apretón de manos de «buena suerte» en la mano. Los días pasaron borrosos. Mark se disculpó, culpó al estrés y prometió cambios.