Margaret vio que el chico no llevaba zapatos. Ni siquiera llevaba calcetines. Había estado descalzo, en el frío, esperando el autobús. Esto era algo que Margaret nunca había experimentado antes. No se le ocurría ninguna buena razón para que el niño estuviera esperando así en la parada del autobús. Además, el chico parecía muy asustado.
Algo no iba bien aquí…