Juntos, Chris y Natasha habían formado una familia, criando a tres hermosos hijos como testimonio vivo de su amor y compromiso inquebrantables. A lo largo de los años, la familia Daugherty se había enfrentado a las dificultades de la exigente carrera militar de Chris, con numerosas separaciones prolongadas cuando fue llamado a servir a su país. Sin embargo, cada vez que se reunían, era como si su amor se hubiera forjado de nuevo, más fuerte y resistente, desafiando las probabilidades que amenazaban con separarlos. Pero esta vez todo era diferente..
Su vínculo, antaño impenetrable, se sentía ahora frágil y quebradizo, amenazando con romperse bajo el peso de una verdad que Chris nunca habría podido prever. Bajo la fachada de su vida perfecta, se había estado gestando una tormenta, invisible pero implacable. Y ahora, Chris se enfrentaba al ojo de la tormenta. Contuvo la respiración mientras caminaba hacia su esposa.