El interior del vagón era irreconocible Antes de empezar, el vagón no era más que una cáscara vacía: paredes de metal frío, suelo rugoso y un interior oscuro y poco acogedor. No parecía un lugar donde alguien pudiera vivir.
¿Te imaginas dormir en un lugar así? ¿Habrías visto su potencial oculto? Muchos se habrían dado la vuelta, pero este hombre vio una oportunidad.
Un hogar sorprendente dentro de un vagón de tren ahora, el espacio se ha transformado por completo en un hogar acogedor y con estilo. Una pequeña cocina facilita la tarea de cocinar, mientras que una cama hecha a medida encaja perfectamente en un rincón. La luz natural que entra por las grandes ventanas hace que el vagón resulte cálido y acogedor.
Viendo su increíble trabajo, ¿te plantearías alguna vez vivir en un viejo vagón de tren? A veces, un hogar único y creativo puede sentirse más especial que una casa tradicional.
Fuente: Katy Krebs