Señora de 78 años no ha limpiado su casa en 70 años – ¡Mira por dentro!

A pesar de décadas de deterioro natural, la casa sigue siendo fuerte. Las ramas que forman las paredes y el tejado han envejecido con gracia y su corteza está erosionada pero es resistente. El suelo, cubierto de capas de hojas compactadas, es suave al tacto. «No lo veo sucio», dice Edith. «Esta casa está viva. Forma parte del bosque, como yo».

Lo más fascinante de la casa de Edith es la forma en que cuenta una historia. En una esquina, los visitantes pueden ver diminutas tallas grabadas en las ramas. Edith revela que estas marcas las hizo su difunto marido, que ayudó a construir la casa cuando eran recién casados. Algunas tallas son formas sencillas, mientras que otras son palabras de sabiduría: «Crece con los árboles » y «El hogar está donde descansa el corazón».

Esas palabras se convirtieron en su brújula. Lena decidió que no dejaría que el molino se pudriera. Lo devolvería a la vida. Los primeros meses fueron agotadores. Pasaba los fines de semana y las noches investigando sobre la restauración de molinos, viendo vídeos y estudiando minuciosamente planos antiguos.

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