Dentro de la casa de cartón
La zona para dormir es sencilla pero funcional: un colchón básico en el suelo, rodeado de paredes de cartón reforzado para aislar. La instalación proporciona una sorprendente sensación de comodidad, demostrando que incluso los materiales más básicos pueden hacerse acogedores con esfuerzo y cuidado.
En el salón, se ha construido un sofá con cajas de cartón rellenas de sacos de arena para mantener su forma. Encima se han colocado cojines viejos, convirtiéndolo en un lugar robusto y acogedor para sentarse y relajarse. A pesar de las limitaciones de los materiales, este espacio destila normalidad y creatividad.
Es un ejemplo sorprendente de cómo incluso los objetos desechados pueden utilizarse para crear algo funcional, personal y lleno de carácter. Esta casa demuestra que la resistencia y la imaginación pueden convertir cualquier espacio en un paraíso.