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Detrás de la fachada
¿La gran revelación? Los números 23 y 24 no son más que elaborados decorados en el teatro urbano de la ciudad. ¿Su objetivo? Ocultar el vacío dejado por las vías de la antigua Metropolitan Line. Estas casas son el truco de magia de Londres, una solución inteligente a un problema industrial, disfrazadas de viviendas victorianas cotidianas.
Retrocedemos a la década de 1860: se está construyendo la Línea Metropolitana, utilizando un método que consiste en excavar, colocar vías y luego volver a cubrirlo todo. Desgraciadamente, dos casas reales tuvieron que ser demolidas para dejar paso al progreso. En lugar de dejar un hueco antiestético, los poderes fácticos decidieron mantener las apariencias en aras del encanto del barrio. Así nacieron las casas falsas, con puertas que no dan a ninguna parte y ventanas que no dejan ver nada.