Aumenta la inmunidad
La calabaza es rica en betacaroteno, que se transforma en vitamina A, un nutriente superestrella para la inmunidad. Este refuerzo refuerza tus defensas naturales, lo que convierte a la calabaza en una buena compañera para combatir los resfriados estacionales. Un delicioso plato de calabaza puede ser justo lo que necesitas este invierno.
La vitamina C de la calabaza proporciona un refuerzo inmunitario adicional al favorecer la producción de glóbulos blancos. Estos defensores ayudan al organismo a combatir infecciones y virus, lo que resulta muy útil cuando bajan las temperaturas. La próxima vez que sientas un escalofrío, un tazón de sopa de calabaza podría ser la cura perfecta.
Incorporar calabaza a tus comidas puede mantener a raya los molestos resfriados, añadiendo calidez y bienestar a cada cucharada. Sus nutrientes son una forma sencilla de mejorar la capacidad de tu cuerpo para mantenerse sano durante toda la temporada: ¿inmunitaria y deliciosa? La calabaza lo hace todo.
Mejora la salud ocular
No es ninguna sorpresa que la calabaza sea buena para los ojos, gracias a su alto contenido en betacaroteno. Este nutriente ayuda a proteger las retinas de los daños, favoreciendo una visión clara. Añadir calabaza a tu dieta puede ayudarte a mantener la vista nítida y los ojos sanos.
La calabaza también contiene luteína y zeaxantina, antioxidantes conocidos por proteger los ojos de la luz azul dañina. Con el aumento del tiempo frente a la pantalla, estos nutrientes son más valiosos que nunca. Tus ojos te lo agradecerán.
Piensa en la calabaza como una sabrosa forma de estimular tus ojos. Ya sea en sopas o batidos, cada bocado de calabaza añade una capa de protección. ¿Quién iba a decir que algo tan sabroso podría también mantener tu visión en plena forma? Pasa a la página siguiente para descubrir el secreto de una piel de cristal resplandeciente.