La crió como si fuera suya, pero décadas después lo hace a sus espaldas
A Joe se le llenaron los ojos de lágrimas mientras permanecía sentado, conmocionado. La policía estaba retratando a una chica que para él era como de la familia, pero que ahora parecía una extraña. Era la niña que había adoptado hacía 28 años, a pesar de que otros se lo habían advertido. La gente había negado con la cabeza, insinuando que debía de tener problemas para ser tan indeseada, pero Joe se había mantenido a su lado, seguro de que merecía una oportunidad como cualquier otra persona.
Ahora, décadas después, la policía estaba aquí, hablándole, pero sus palabras no eran más que ruido. Su mente se negaba a aceptarlo. ¿Elise, su pequeña, la que había criado y amado como si fuera suya? No tenía sentido. ¿Cómo pudo hacer algo para herirlo así?
Se le hizo un nudo en la garganta, cargado de tristeza e incredulidad. La verdad sobre su hija adoptiva había salido a la luz y le había golpeado más fuerte que nunca. ¿Cómo podía Elise, su Elise, haber hecho algo así? La pregunta resonaba en su corazón, dolorosa y sin respuesta…
La mente de Joe se remontó al día en que tomó la decisión de adoptar, un recuerdo lejano de hace casi 30 años, cuando la juventud corría por sus venas y su reflejo no dejaba rastro de los años que tenía por delante. Entonces era un hombre vibrante y enérgico, muy diferente del hombre de 70 años que ahora reflexionaba, con el rostro marcado por las líneas y arrugas de una vida llena de experiencias;
Joe respiró hondo y tembloroso mientras trataba de asimilar la impactante noticia que acababa de comunicarle el agente de policía. Cuando adoptó a Elise hace tantos años, nunca hubiera imaginado que sería capaz de un acto tan horrible. ¿En qué se había equivocado al criarla? Recordó su infancia: los partidos de fútbol, las obras de teatro del colegio y las vacaciones familiares. Parecía tan feliz y bien adaptada. Pero estaba claro que todo había sido una mentira…
Joe se sintió traicionado, como si la hija a la que amaba no fuera más que una fachada que ocultaba a un siniestro desconocido en su interior. Se preguntaba si Elise le había querido de verdad o si siempre había sido manipuladora y mentirosa. ¿Habría sido su relación una mentira? Ese pensamiento atravesó el corazón de Joe como un cuchillo. No quería creer que Elise fuera capaz de tal crueldad.
Si hubiera estado más atento, más presente en su adolescencia. Debió de haber banderas rojas que pasó por alto. Ahora la imagen de su dulce e inocente hija se había hecho añicos por culpa de las impensables acciones de Elise. Joe se estremeció. Se le partía el corazón imaginando las cosas que le pasarían ahora…